Soy Camilo Gayá, y os preguntaréis que cómo es posible que no pudiendo hablar pueda estar añadiendo notas a este blog y contestando a vuestras preguntas, después de sufrir un infarto cerebral que me imposibilita para cualquier cosa en la vida.
Pues bien, gracias a una amiga, uso unos sensores unidos a mis párpados, lo único que puedo mover a voluntad de mi cuerpo. Aprendí a contestar sí o no, como descubriréis en la trilogía de El Lenguaje Secreto de la Música, a través de ellos.
Ahora puedo transmitir cualquier mensaje después de aprender, no si dificultad, el lenguaje morse. Ya sabéis, punto-raya-punto-punto-raya… Escribir estas líneas me ha costado horas de trabajo.
Todos vuestros comentarios quedarán registrados, pero sólo publicaré aquellos que no hagan un spoiler de cualquier de las tres novelas de la trilogía. En estos casos, mantendré respuestas en privado. Espero que lo entendáis.